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29/5/11

Instrucciones para escribir una columna cultural


1. Evite, sea como sea, parecer una columna de opinión. Recuerde que la estupidez del lector de suplementos culturales es apenas superior a la estupidez del columnista.

2. Recuerde constantemente su naturaleza underground, posmoderna, apocalíptica, irreverente y todo adjetivo que se le pueda anexar a su débil personalidad.

3. Repita constantemente su lugar de origen, que la gente entienda que no es que usted haya nacido así, fue la maldita frontera que lo convirtió en este guiñapo ultraísta que ahora escribe en
un suplemento para sobrevivir.

4. Parezca irónico. Si no sabe lo que es la ironía, no se preocupe, tarde o temprano la notará a su alrededor.

5. Jamás olvide porque le dieron premios literarios, no fue por su talento literario, fue por su manejo del slang, el pr0nlit y todo los demás detalles pintorescos que el entorno literario no entiende por anacrónicos. Así logrará darle al mundo lo que necesitan de usted, un montón de basura escrita con cursivas.

6. Escoja cuidadosamente su tema, que sea lo suficientemente ruidoso para que sus lectores lo hayan notado en la sección de cultura de su periódico, pero que al mismo tiempo sea flexible; de esta manera nadie notará que de verdad no tiene idea de lo que usted está hablando.

7. Utilice MAYÚSCULAS para dar a notar sus ideas, de esta manera dejará pensando al lector promedio sobre lo reveladora que resulta su frase sin que se note que probablemente lo hizo aleatoriamente para parecer inteligente.

8. Hable de sus viajes y los miles de eventos que ha presenciado, sus millas acumuladas darán validéz a sus ideas frente a los lectores.

9. No diga nada, no importa lo que pase, no diga nada.

10. Si se ve forzado o urgido a decir algo, hable mal, de todo y de todos, así de menos quedará claro que usted es el único absolutamente capaz de reconocer la mala literatura.


Esto lo tenía en mi otro blog, ahora lo tenemos aquí

12/11/10

Amazon y la responsabilidad del editor.




Hace unos días parece que hubo un gran barullo en Amazon.com por la venta del libro "The Pedophile's Guide to Love and Pleasure: a Child-lover's Code of Conduct" Obviamente, por el título, podemos encontrarnos con un material de cuestionable contenido moral y ético. Amazon recibió a partir del descubrimiento del contenido una serie de recriminaciones por parte de los usuarios donde pedían que se retirara el libro y se acusaba a Amazon de promocionar o al menos facilitar la pedofilia.

El libro fue autopublicado, es decir, el autor lo subió a Amazon y éste permitió que el libro se vendiera. Dada la cantidad de libros que todos los días suben a la tienda digital de este gigante minorista es muy claro que resulta imposible revisarlos todos. Sin embargo, lo más interesante fue la primera respuesta de Amazon a todo este asunto: Nosotros apoyamos la libertad de elección de nuestros compradores. Es decir, Amazon apoya aquella frase que dice que el consumidor final siempre obtendrá su producto.

Esto es un problema de relaciones públicas e imagen para Amazon, nadie quiere verse involucrado con actividades ilegales y menos contra los niños. Pero más allá de esta obviedad, es muy interesante las preguntas que el asunto plantea ante el cambio de pardigma que representa el libro digital. ¿Es el librero el nuevo encargado de censurar los contenidos de los libros?

Claramente la noticia sobre la venta del libro de Amazon se propagó por la red como si fuera pólvora. En cuestión de horas el libro pasó de ser un objeto intrascendente que asqueaba a los consumidores a un objeto de curiosidad para los morbosos en la red. El tipo que escribió el libro ahora es un éxito de busquedas en Google. La gente sabe quién es, la gente sabe que existió ese libro y más importante aún, mucha gente lo compró sólo para saber que decía (incluida gente que sentía ofendida por el contenido) En pocas palabras, el libro pasó a la lista de los 100 más vendidos de Amazon.

A final de cuentas Amazon cedió, bajó el libro de su sitio y lo quitó de la lista de los más vendidos. Por supuesto, este gigante minorista conoce la regla de oro de internet: tu reputación lo es todo. Pero, ¿qué significa esto para el concepto de censura? ¿qué consecuencias acarrea a los editores la noción de que Amazon podría quitar tu libro para no comprometer su imagen? Y más importante aún: ¿Si Amazon, que es un gigante, cede a las presiones de las hordas de internet, qué puede hacer una librería cualquiera?

Durante mucho tiempo el libro ha estado a salvo de la censura, no era importante, no era trascendente y mejor aún, era ajeno a la gran mayoría de la gente que navega en la red. El paradigma en este sentido ha cambiado también, la censura no vendrá de los grandes gobiernos, la censura vendrá del pueblo, de los seguidores en twitter, de los usuarios de facebook, la censura será el resultado de violentar las costumbres de los usuarios de internet. Un lugar peligroso, si me permiten decir.

Durante mucho tiempo el libro ha sido hogar de ideas peligrosas, pero ahora el libro vuelve a circular y a darse a conocer entre los círculos mayoritarios, el libro vuelve a estar en la mira de la censura. No quiero que esto se tome como una defensa del libro que mencioné al principio, nada más lejano a la verdad. Pero este libro no es ni siquiera importante en la discusión, no tiene ningún peso dentro del futuro de las letras o del mundo, pero si plantea algunas preguntas interesantes con su aparición y su consecuente desaparición. Probablemente, como decía un amigo, el FBI esté feliz pues ahora tiene razón legal para poner en la lista de sospechosos a un montón de gente morbosa que se compró un libro a todas luces inmoral o falto de ética. Pero nosotros, los lectores, los editores, los libreros, ¿qué reflexión podemos sacar de todo este asunto?

26/10/10

Offline

Llevo varios días sin internet. Seguro, me he perdido de cientos de chismes y la llegada de los nuevos mesías de la literatura. Supongo que también me he perdido grandes momentos del porno y uno que otro post interesante. Ya no leo las noticias dos o tres veces al día ni estoy al tanto de los goles del Chicharito Hernández. Me siento como un Crusoe digital. Me siento renovado y al mismo tiempo tengo esta sensación de estarme ahogando en la abstinencia. Pero leo y escribo mas, también pienso mas y creo en mas cosas. Extraño, ser un Crusoe digital es muy parecido a ser un Crusoe de carne y hueso. Prefiero eso a ser un Bartleby digital.

17/3/10

Innovar




Al escribir siempre surgen ciertas dudas, cómo manejar una circunstancia, cómo aproximarse a la otra, diálogos o silencio, en fin. Es mucho más complicado resolver estas preguntas cuando la temática de lo que se escribe rebasa los moldes licuados con anterioridad. Sin embargo, me siento más dispuesto a tolerar ciertas imprecisiones durante la novedad que apreciar la estética de lo inerte durante la repetición.

28/1/10

500

Pues sí, he llegado a los 500 posts en este blog. Estos días han sido increíbles, tras la llegada de Agustín Fernández Mallo y Eloy Fernández Porta, mi vida se vio en una espiral interminable de After Pop. Se aprende mucho cuándo se habla con gente que cruza ciertas fronteras que uno mira con temor, se aprende más cuándo se aprende de su experiencia y se resumen las batallas pendientes con la idea firme, en la cabeza, de culminar los proyectos que se han aletargado. Flap está ahí, esperando su final After Pop o lo que quiera que eso sea. Los poemas y la literatura se reforman y disuelven mientras uno se fuma otro cigarrillo y escucha un silbido subir por el esófago y volverse un siseo molesto cuándo todo está en silencio. Quizá deba dejar de fumar.

7/1/10

Derechos, responsabilidades y otras fantasías

Hace un mes, en un programa de Televisa, el siempre obtuso Esteban Arce emitió su opinión sobre la validez de la homosexualidad en términos de género y diversidad sexual. Como cabía esperar, Esteban dijo algo impropio, estúpido y absolutamente fuera de lugar, al mismo tiempo que se llevaba entre las patas a la invitada a la emisión del programa. Las reacciones no se hicieron esperar, Twitter se levantó como el monstruo en que se ha convertido y de la mano de Facebook se convirtieron en la punta de lanza de un ataque a la estupidez del comentarista de televisión. Hasta ahí, todo tiene, más o menos, sentido.

Extrañamente, este acto insignificante de repetida estupidez se convirtió en la piedra angular de un debate que nadie quiere sostener. En este país nadie quiere discutir la libertad de expresión por una sencilla razón, todos quieren expresarse siempre y cuándo el que no opina igual se quede callado. Pocas reflexiones tan inteligentes como la de Geraldine González de la Vega donde se busca plantear el problema principal por debajo de lo escabroso o estridente que suene el objeto de análisis y muchas reflexiones cuasi fascistas donde el control sobre los medios de comunicación debe ejercerlo el estado (me pregunto que pensarán en Venezuela de este tipo de controles).

Me entristeció leer a Guillermo Vega Zaragoza exigir el control del estado sobre la televisión y anunciar que los insultos, amenazas y agresiones vertidas en Twitter y Facebook tiene caracter de balas de salva, cito: "los políticos y los señores de los medios electrónicos tiemblan porque esto está creando un canal de opinión que no pueden manipular." Guillermo, como creador, debe reconocer, antes que nadie, que en una nación donde se necesita que la libertad de expresión sea una piedra angular de todo discurso, el hate speech (discurso de odio) encontrará también su derecho a existir. Si realmente estuviéramos al pendiente de todo lo que se dice en las televisoras, este asunto hubiera explotado hace un mes y no ahorita, en nuestro carácter de hipócritas de Youtube o de Twitteros iracundos.

Álvaro Cueva, defensor siempre de la tolerancia sexual en nuestro país y analista de televisión, hace un pequeño viaje sobre el tema, tocando puntos sensibles y analizando los elementos que están en juego y, peor aún, hace evidente que este tema es un juego de internet que revienta y manipula a la comunidad internauta con la mano en la cintura. E de esperarse que Álvaro fuera atacado, pero nunca pensé leer que se usaran frases como: "¿entonces porque Auschwitz pasó hace 60 años o más ya no importa?". Comparar Auscwitz con Esteban Arce es preocupante, y me parece un insulto a cualquier persona pensante de este y otros muchos países. Con lo que dijo Esteban Arce sucedió lo que tenía que suceder, se perdió en la inmensidad de la estupidez de la televisión y de quienes le dan importancia a lo que ahí se dice.

Al mismo tiempo, esta ciudad legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo y dejo intactos los derechos de todo matrimonio a la adopción. Ahí está el debate, ahí está la discusión, hablar de lo que Esteban dijo hace un mes en la televisión es levantar un puño contra la nada, es pelear contra fantasmas inexistentes pero que arden en lo profundo de nuestro resentimiento social y adquieren la figura de molinos del Quijote. Darle a la televisión un valor superior al de caja idiota es convertirla en el eje de nuestra sociedad. Deberíamos estar orgullosos, de que tan poco gente ve a Esteban Arce que ni siquiera se dieron cuenta de la estupidez monumental que dijo, deberíamos presumirlo y no organizarnos en Twitter y Facebook (medios 2.0 y por lo tanto sin valor social o ético) para pedir la cabeza de un títere que hoy por hoy, logró lo que quería, que su programita subiera dos rayitas de rating.

¡Felicidades twitteros, feisbuqueros y bloggeros, hemos hecho a Esteban Arce una celebridad!

17/12/09

Noticias de un diciembre póstumo

Murió Chris Henry y tú te preguntarás quién carajo es Chris Henry. Bueno Chris Henry no es Milorad Pavic que también se murió o Beltrán Leyva que también se murió, mientras a la ciudad le importa un pepino. De grande quiero ser como Muñoz Ledo o como Jorge Herralde. Por qué? Porque ninguno de los dos es Chris Henry y por lo tanto ninguno de los dos está muerto. Cuándo sea grande no quiero morirme. Quizá terminar de leer El Percherón mortal para querer ser un fucking leprechaun cuándo sea grande, grande como el hoyo que dejaron los de obras afuera de mi casa hoy que no hay agua y yo pienso que quizá en Guadalajara me hubiera podido tomar unos tragos con Milorad Pavic si no estuviera muerto. Sin embargo me tomo una cerveza junto a dos adolescentes que hablan de poner una editorial y de lo aburrido que es Rayuela y sobre la arquitectura de la escritura, me gustaría deshojarles su margarita, pero ahora Margarita es el nombre de una monja sobre la que estoy escribiendo aunque más bien quisiera escribir sobre la psicosis de ser un agente de la AFI y que ni tu puta madre te quiera. Chris Henry era receptor abierto de los Cincinnati Bengals y se murió el día que compré mi jersey de Chad Ochocinco que se refiere al difunto como UnoCinco y todo se resume a una resta matemática y esta cerveza, junto a estos adolescentes que se parecen tanto a mi que me dan asco y ganas de borrar el blog y mandarlos a ustedes, lectores, a chingar a su madre.

10/12/09

Señales que precederán el fin del mundo

Hay libros de los cuales se puede hablar tendido, como si el tiempo esperara pacientemente a que uno comprendiera un poco más sobre lo que ha leído. Son libros pacientes, tranquilos, mansos como ríos entubados, esos libros se perderán en el universo de las letras cómo las hojas de los árboles se van por las coladeras en otoño.

Hay otros libros que son una patada en la quijada, un jab, un tubo que te hace una cicatriz en la cabeza que esconderás con el cabello que te crezca por el resto de tu vida. Estos son los libros que importan o que deben perdurar, son muestras de nosotros, espejos, de lienzo de plata y un poco manchados de estaño en las esquinas. De estos libros no te escapas, ni en un millón de años. Señales que precederán al fin del mundo de Yuri Herrera es uno de estos libros, es un tubo de cobre que se blande sobre un universo tan próximo que, a través de la mano del autor, se convierte también en un acto paralelo, una mansedumbre que sólo se manifiesta en las noches de tormenta en océano pacíico.

Señales que precederán al fin del mundo es un acto único en una literatura que flaquea constantemente, es una voz aguardientosa que habla sobre un universo lleno de flores hermosas y destellos de luz, que habla de las flores del concreto y de la frontera. ¿Cuál frontera? No importa realmente, no se vuelve el objeto de estudio el acto de vivir con un pie de cada lado, en esta seguna novela de Yuri Herrera la frontera es el horizonte, es la linea que divide el cielo y la tierra y al mismo tiempo es una puerta al infierno del Mictlán. Enardecido por la palabra, Yuri construye un universo aleatorio de fragmentos visuales, no invita al lector a perderse en un escenario construído explícitamente para el viaje de Makina; al contrari, es Makina el escenario donde se desenvuelve lentamente esta corriente de agua que se observa en las canaletas del concreto. Señales que precederán al fin del mundo es una red de drenaje, donde coexiste lo horripilante de las circunstancias con lo hermoso que resulta observar una fuerza imparable.

Makina viaja, con esa convicción que sólo tiene el testarudo, el reacio, el que vive con y desde el campo. Viaja buscando una respuesta, una explicación que le permita comprender estos lugares orbitales que existen alrededor de su universo, viaja y no se detiene, quizá sólo para dormir al interior de un cajero automático. Al mismo tiempo este viaje es un filtro para el lector, un filtro que se instala en el lente de una cámara que va grabando los vestigios de un imperio fehaciente, pero esta cámara no se obsesiona con los parajes o las mutilaciones de la personalidad, esta cámara no juzga al actor ocasional que aparece en el cuadro. Diría yo que hace todo lo opuesto, esta cámara desmenuza y comprende aquello que pertenece únicamente al viaje que se realiza, las guías de viaje no sirven para el que entiende el sabor del polvo y la tierra que sólo se da en el campo.

Es en esta implosión molecular donde Yuri Herrera encuentra su voz, la voz que dará vida a los paulatinos pero concienzudos movimientos de sus personajes. Donde este escritor construye el misterio el lector se encontrará con la sorpresa de la naturalidad, de lo natural que resulta una sonrisa taciturna o una vieja que limpia chiles en un restaurante del otro lado de esa frontera que carece de importancia y ahí, justo en ese preciso momento donde el que acompaña a Makina comprende sus motivos, se lee el mensaje más importante de la novela, el mensaje que se esconde de lector simplista que busca una historia adherible a la realidad de los noticieros y los periódicos, el mensaje que se revela al lector que se enamora de estas señales que precederán el fin de su mundo y le harán sentir participe de algo más grande, más hermoso, del acto de leer una gran novela.

25/11/09

Mark is coming to town




God's a house. Wich is not to say that our house is God's house or even a house of God. What i mean to say is that our house is God.









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22/11/09

22:14 pm

-205, 205, 6-8 en progreso

- ¿Qué pasó oficial?

-¿Qué no vio el alto, señorita?

-¿Cuál alto?

-El que se pasó aquí atrás

-Híjole oficial, la verdad ni lo ví

-205, 205, 6-8 en progreso, responda 627

-Permítame tantito señorita

-627, aquí Central, ¿Cuál es su ubicación?

-627 en un 4-4 en Tlalpan e Inclán

-6-8 en el 205 en progreso, Villa de Cortés

-627 en camino

El oficial le señala, a lo lejos, a María que puede irse. Ella, con desilusión, se sube los calzones y se baja la falda. Mientras la patrulla arranca, María sube la ventana y se alcanza a escuchar:

-Será otra larga noche.

18/11/09

Pop Draft

Frente a la narrativa del Pop, existen dos caminos posibles, la experiencia natural de la edad o bien, la retrospectiva. La primera plantea las necesidades del fan, del que se origina a si mismo a través de un lenguaje y se sostiene mediante la repetición del mismo código y que al mismo tiempo se muestra ajeno a la evolución de la lengua y se aqueja con la modernidad que interrumpe su vida diaria.

Este fan es sin embargo el único pilar sobre el que se sostiene el lenguaje, convirtiéndose a la larga en un desperdicio de ideas que giran alrededor de otra previamente preconcebida y que deconstruye el panorama general. Es quizá en este panorama general donde hubieran podido sustraerse la herencia cultural reconvertida, sin embargo, ante el fan no existe esta reconversión, hasta que su mismo tránsito natural lo pone en otro lugar, donde asimila un lenguaje nuevo, casi siempre de la manera más difícil. En la retrospectiva, en cambio, tenemos el mismo lenguaje que se observa como si fuera un ramal extranjero de la lengua materna, se está ahí, pero no se forma parte. Se es, pero al mismo tiempo se permite la autocrítica y la burla como instrumentos necesarios para navegar por ese nuevo panorama.

El que sobrevive al Pop gracias a la retrospectiva no es un experto en nada, pero es un apasionado de casi todo. Esta forma de aproximarse a cualquier manifestación narrativa, le permite analizar los elementos desde tres o cuatro perspectivas distintas... Esto no se limita a la parte musical del género, también se adhiere a la literatura y las artes plásticas como dos manifestaciones se aconglomeran para formar una sólida definición. El fan y el retrospectivo pueden convivir naturalmente en el mismo espacio y casi al mismo tiempo, el primero lo hará sustentando toda noción de la comunicación en la nostalgia que le produce una vida que siempre fue mejor, el segundo lo hará desde su capacidad natural para recrear fragmentos de su vida que sin ser trascendentales se convierten en pequeñas vigas que sostienen los muros secos de sus creencias y vivencias. A final de cuentas, el que sostiene la retrospectiva requiere mucho más de la recreación de los tiempos pasados que el fan que sólo utiliza su memoria para hundirse en la nostalgia irrepetible de ese paraíso perdido.

15/10/09

Edición 0.1

Las ediciones independientes en México

Creo que el principal problema de la edición independiente en México es que las ganas de editar son mucho más grandes que el conocimiento sobre el oficio. Quizá por esta razón en México tenemos diseñadores, lectores y correctores que rápidamente toman el papel de editores y se enfrentan a distintos compromisos y complicaciones que, la mayoría de las veces, culminan en fracasos y frustraciones que se reflejan, visualmente, en las ediciones independientes.

Estas ediciones independientes sufren de diversos problemas, en principio carecen de un sentido estético de los elementos de una página. Prolongamos los elementos editoriales que observamos en ediciones profesionales, casi siempre, con resultados poco atractivos. Por mencionar algunos elementos, puedo pensar en los párrafos sangrados, los márgenes interiores y exteriores y el uso de cabezas como elemento editorial reiterativo. Sin embargo, el editor debe comprender que estos elementos visuales pertenecen únicamente al apartado de diseño gráfico y, que si bien este apartado da la imagen final a un libro, no es el elemento indispensable al momento de editar.

El editor, ante todo, es un impositor de criterios. Los criterios editoriales son responsabilidad única del editor y, por lo tanto, cualquier confusión al respecto debe achacarse al responsable y no a los miembros del equipo. Los correctores, lectores, diseñadores, formadores e ilustradores de los criterios editoriales para poder trabajar. En la edición independiente en México los criterios desaparecen ante la falta de oficio antes mencionada.

Cuándo un editor comprende la obra en su totalidad, puede comenzar a plantearse las necesidades y los elementos que utilizará durante la edición. La selección de un equipo competente en su área, y que conozca las limitaciones de su trabajo, resulta indispensable para que los criterios editoriales y, por ende, el trabajo editorial se sostenga durante el desarrollo de la publicación. Normalmente observamos en las revistas y ediciones independientes mexicanas, errores ortotipográficos de los que se culpa al corrector o al lector inmediatamente. Cuándo un lector no sabe desde que perspectiva se aproxima un corrector, su trabajo suele ser deficiente. La única culpa en este caso es del editor, por no informar de manera adecuada al lector sobre la perspectiva que se está utilizando durante el desarrollo del proyecto.

Así que yo diría que tenemos revistas y libros en manos de diseñadores, correctores y lectores, donde la figura del editor desaparece y se convierte en un mero admirador del trabajo de su equipo. Es en este momento donde los proyectos naufragan, convirtiéndose en pequeños frankensteins que agreden al público con la falta de experiencia de los profesionales que casi siempre resulta en el fracaso de una publicación frente a su único crítico posible: el lector.

31/8/09

La educación como Dildo intelectual.

"Lo único que sacará a este país adelante, es la educación" ¿Cuántas veces ha escuchado usted, letrado lector, esta bonita frase? ¿No le parece un poco ridículo que cada día tenemos más licenciados pero menos país? ¿No se ha sumado usted a las hordas que atacan los libros de primaria que mutilaron la historia de México? ¿No le ha valido verga, estimado lector, lo que pase con la educación, excepto en este cómodo momento? La educación es el opio de los intelectuales, los políticos, los empresarios y la mitad de los ostentosos que compran periódicos pero no saben leer, en este país.

Como hace unos años fue la educación sexual, hoy es la Historia lo que provoca el infarto hipócrita en la sociedad mexicana. A nadie le importa qué tipo de enfoque se utilice en los libros o si solamente hay material para 1° y 6| de primaria y que por esa razón nadie se ha volado nada (los niños siguen viendo historia de México en 3ro y 5to) ni siquiera les interesa saber de que forma esta reforma se acopla con la aprobada hace unos años para secundaria. No, lo que les interesa es ladrar que la educación se está yendo por el caño. Señores, sorpresa, la educación se fue por el caño hace 30 años y estamos tratando de sacarla.

La Secretaria de Educación Pública tiene un déficit en su operación, eso lo sabe hasta el más idiota en este reino de pendejos acrecentados. Pero su mayor déficit y problema es la existencia de la Normal para maestros. Nadie quiere decirlo, nadie quiere escucharlo. Formamos maestros para aproximaciones didácticas que ya no se utilizan, los educamos para estorbar la educación de sus alumnos, hacemos maestros que saben sumar promedios y dejar tareas. Todos hablan de reformas educativas, alianzas educativas, necesidades educativas, pero ni los padres de familia, ni los intelectuales, ni los políticos tienen propuestas, sólo hay críticas en un país donde los tundeteclas se han apoderado de la colectividad nacional (sí es que tal cosa realmente existe)

Hablemos lectores, discutamos si las competencias educativas son el camino correcto para el progreso de este país, hablemos sobre el déficit educativo que aumenta de manera proporcional con la oferta educativa. Hablemos seriamente de los problemas de las universidades públicas, que aunque no lo crean, no todos giran alrededor del dinero. Discutamos si esta reforma, o bien, los libros de texto gratuitos en si no sirven de nada. Pero por favor, no nos rasguemos las vestiduras por un tema que creemos perdido cuándo está inscrito en dos grados anteriores y uno posterior (si, en secundaria también verán la conquista y la historia de México), les pido atentamente que tengan cuidado antes de abrir los dedos o la boca y corroborar que la educación en este país está perdida y que somos la prueba contundente de ello.

9/7/09

Calor

Babylon King estuvo en Monterrey. Sudaba como puerco. No he querido decir nada porque el mundo está cambiando tan rápido que vale la pena sentarse y mirar. Michael Jackson murió como un pedófilo no convicto, también murió como una super estrella. Era la última super estrella del mundo. Nadie será más famoso que Michael Jackson. Miro al sur y me preocupa que sea el destino de mi país. Honduras está callado, tan callado que su selección perdió 2-0 por pura mala suerte. Escucho frases como golpe de estado y gobierno de facto y me hacen recordar la historia que corre por las venas de América Latina. Sudamos como puercos. Michael decidió terminar su carrera en Londres. Ahora Londres llora amargamente mientras devuelve las entradas a los fans dolidos. ¿En Honduras le devolverán sus entradas a los que votaron? La gente dice que el voto en blanco no sirvió de nada, ahora todos tienen un comentario mordaz al respecto, yo sólo pienso que si el voto en blanco hubiera sido un partido, habría conservado su registro a nivel nacional. Hace tanto calor que no quiero hacer nada. Podría ser peor, podríamos estar todos en Monterrey. Si Monterrey es el infierno, Matehuala es el purgatorio. ¿Vieron todos que ganó Juanito? Pobre Juanito, dice que cobrará una quincena y después se va, mientras en las sombras la mujer que ocupará su lugar teme la popularidad que tiene el vendedor ambulante. ¿Si Juanito fuera presidente le daríamos un golpe de estado?

Hoy juega la selección mexicana, me da tristeza por adelantado. Pero después miro los paquetes de Babylon que tengo aquí y me da alegría. Michael Jackson se murió y yo quiero hacer el Moonwalk todo el tiempo. Moonwalk al fin del mundo y de regreso.

18/6/09

¿Por qué el escritor cruzó el camino?

Por alguna razón, todavía no la comprendo muy bien, estoy suscrito a una lista de correo de escritores en internet. Hoy me llegó esta joyita, un pedazo de siglo XX que se introduce a codazos en el siglo XXI; una prueba más de por qué los editores de hoy dicen que no hay autores y los autores dicen que no hay editores y cada día hay menos libros. No conozco a este tipo, espero nunca conocerlo si les soy sincero, pero este pequeño pedazo de atrocidad tendría que ser enmarcado y puesto en la pared del "jamás pienses así" de cualquiera que tenga intenciones de seguir leyendo libros en 30 años.


MANIFIESTO PARA UNA NUEVA LITERATURA INDEPENDIENTE

Pablo Paniagua

Estoy convencido de que la literatura vive en un estado de permanente emergencia. La industria editorial, casi en su conjunto, dejó de apoyar a los autores noveles que enfrentan su trabajo con honestidad, para promover un tipo de producto pseudoliterario que rebaja la percepción general de lo que antes se entendía como literatura. Ahora, por ejemplo, David Trías, editor de Plaza & Janés (del grupo Random House Mondadori), proclama con descaro la conveniencia de la novela como producto consumible, mientras que el “mundillo literario” aplaude la concesión del Premio Cervantes a un escritor, como Juan Marsé, que plaga sus novelas con adverbios terminados en “mente” y cuya obra supone el estancamiento de un género que sigue los cánones del siglo XIX. Y es que la banalidad y la simulación de la Civilización Supermoderna lo empapa todo, hasta el punto de equiparar el éxito de ventas con la calidad. Hoy las historias de contenidos superficiales, bajo una deficiente forma y sin fondo, son las que reinan en el panorama literario, mientras asistimos a la derrota de la Gran Literatura.

Da la sensación de que una parte de los involucrados en el proceso editorial (escritores, agentes literarios, editores, críticos y periodistas) , están planeando y ejecutando la muerte de la literatura, su asesinato, mientras los lectores, alienados por la simulación, aplauden como si estuvieran viendo tal acto sentados frente a un televisor. Es la “cultura del entretenimiento” la que se superpone a la “cultura del pensamiento”, donde enanos mentales, como Francis Fukuyama, tan festejado por los medios de comunicación de masas, son los grandes pensadores de la Época Supermoderna.

Pero dicha civilización parece que naufraga, en la propia crisis generada por la ausencia de valores espirituales, cuando el Becerro de Oro que todos idolatran se desquebraja como el mismo modelo económico en el que se sustenta. Y aquí la historia bíblica toma la forma de la parábola para repetirse en los tiempos de hoy, con un dios supletorio que nos conduce hacia la distopía. Ésta es nuestra civilización fracasada, la Humanidad ante el callejón sin salida, donde el ídolo monetario refulge con el fuego de la avaricia y la especulación, y donde la literatura, como un apéndice corrupto, rebaja su esencia para ir a la búsqueda exclusiva del logro económico, y así mostrar su rostro más siniestro.

Ante lo arriba expuesto, hago de mi palabra un grito para promover una nueva “literatura independiente” que ha de enfrentar, criticar y señalar, los males de la Época Supermoderna y su banalidad, para así alejarse de la inercia que supone la muerte de la literatura. Como escritores tenemos que recuperar, con esfuerzo y dedicación, los espacios que nos están robando, encontrar nuevas estrategias para la supervivencia y no desistir en mostrar muestro trabajo al mundo. Para ello, hay que crear editoriales independientes (las nuevas tecnologías de impresión propician dicha vía, cuando negocios como “Lulu.com” o “Bubok.com” son salidas demasiado fáciles y, por tanto, bajo el influjo de la mediocridad) , autogestionar nuestra obra, formar colectivos y grupos que dejen de mirar hacia el fondo del callejón sin salida, y así hacer que nuestra voz permanezca y sea escuchada; es indispensable suscitar la ruptura, crear el espíritu crítico que nos distinga frente a los narradores de lo banal, y recuperar la palabra: porque el paso del tiempo siempre hace justicia a los que no la traicionaron.

Ahora que el negocio editorial se está transformando, gracias a las nuevas tecnologías de impresión, más la venta y promoción de contenidos literarios a través de Internet, podemos ir de manera resuelta al encuentro de los lectores. Es necesario, en consecuencia, establecer los procesos de divulgación y promoción que nos permitan evadir el anonimato, y presentarnos como una alternativa literaria independiente. Cualquier iniciativa es mejor que quedarse con los brazos cruzados, pues podemos vender nuestro trabajo, además de por Internet, en las calles, plazas, librerías, centros culturales, cafés y bares de nuestra ciudad (así como lo hacía, por ejemplo, Georges Bataille con sus ediciones caseras en la noche parisina). Es posible, les aseguro, vivir de la literatura sin rendirse a la superficialidad, sin tener que abandonar nuestros principios de honestidad literaria ni claudicar ante los equiparan el libro, como producto, a una hamburguesa de McDonalds´s o una lata de Coca-Cola.

Siempre es duro nadar a contracorriente, ser marcado y mirado con recelo por los traidores de la palabra, pero incluso así merece la pena continuar. Es el simple acto de esta rebeldía el que nos diferencia, el motor de la ilusión que pretenden pisotear, cuando el camino embrozado al que nos arrojaron se convierte en el estímulo para avanzar hacia el futuro.

Hoy, sin duda alguna, es la hora de luchar por este gran sueño.

Pablo Paniagua a 21 de mayo del 2009




Supongo que Pablo piensa que la Gran Literatura es algo nuevo o que el concepto de unirse bajo el ala de los colectivos y las autogestiones es la gran panacea que salvará a la (sic) Gran Literatura (sic jeje). La basta ignorancia de los conceptos es lo que sume a los libros en discusiones estériles y poco audaces. Hoy en día, donde todo se conecta por todas partes, estas ideas gregarias de solitud y aislamiento son de risa y preocupación. A veces me pregunto si los editores, los dueños de los equipos de futbol, los políticos y los CEO (por nombrar algunos) destruyeron las aspiraciones de escritores, futbolistas, ciudadanos y trabajadores. O fueron éstos que en su cobardía se refugiaron en si mismos y jamás pensaron afuera del círculo. ¿Usted qué opina?

28/5/09

Manuel y Uno de Tres en un Podcast

Agradeciendo a Fausto que me entrevistó en su podcast, les dejo el link para que se den una vuelta:

http://www.faustoponce.com/

10/5/09

Mother's Day

En días como estos finjo que no me acuerdo o que las cosas fueron así desde siempre. Me propongo firmemente transitar por las horas como si este asunto fuera trabable o medible. En días como estos me considero a mi mismo desde ese otro yo que abandoné para seguir un camino. El único camino posible. Pero entonces una memoria acude hasta mi para recordarme que hay un fragmento tan ausente que descompone mi figura, mi rostro. La gente me pregunta en un día como estos si estoy cansado o enfermo. Yo levanto la vista y recuerdo que estoy bien y que lo que tengo por decir aguardará hasta que sea el momento preciso de abrir la boca y los ojos y, entonces sí, empezar de nuevo.

No me gustan los días como estos.

4/5/09

Epidemia

Hay una epidemia allá afuera. Puedo verla desde mi ventana. La gente se aleja de la gente. Los animales caminan cuidadosos y procuran mantenerse juntos. Está oscuro todo el tiempo, no importa que sean las doce del día. Los ruidos han ido desapareciendo conforme el número de casos disminuye. Los autos procuran no hacer ruido y por eso dejan de acelerar. Yo pensé que estaba enfermo y por un momento la posibilidad de ser estadística se apoderó de mi. Bromeé con las enfermeras mientras me decían que lo mío no era epidemia sino un asunto estomacal muy fuerte. Volví a casa y vomité. Pude escuchar a mis vecinos llamarme epidemia y sé que si antes procuraban no encontrarme en los pasillos ahora el simple ruido de mi puerta los atemoriza. Debería haber dicho más sobre este asunto, quizá, pero todo lo que se me ocurría era una brote de zombies. Necesitamos escopetas y balas, atrincherarnos en C.U. No hay mejor lugar para atrincherarse que C.U. Ahora la epidemia está en internet y en mi correo electrónico. Nos indignan los chinos, los chilenos y los colombianos. Leo en algunos foros deseos genuinos de que la próxima epidemia nazca en sus países para que vean como les damos con la puerta en las naríces. Las patrullas ya no encienden la torreta. Por momentos me pregunto qué será peor ¿bajarle el tapabocas a una chica o subirle la falda?

29/4/09

El bueno, el malo y el feo.

El lector es un animal ingrato. Pero como consumidor, es el único que tiene derecho a ser un animal ingrato. El consumidor lector compra un libro y espera que lo divierta, lo entretenga, lo haga feliz, cuándo menos, un rato. Por ahí nos vamos sobre Dostoyevsky y decimos que Crimen y Cástigo o Los hermanos Karamazov no divierten o entretienen, ni siquiera, un ratito. Pero entonces del otro lado del mundo o del tiempo aparece un lector consumidor que dice que estamos operados del cerebro y que Crimen y Cástigo es la panacea del entretenimiento y que por ende, estamos equivocados. Seguramente alguien de otro lugar podrá decir que prefiere que le rebanen el escroto con una navaja de afeitar que leer dos páginas de Los hermanos Karamazov. ¿Dónde está entonces la verdad? La verdad es que no hay verdad, sólo opiniones del consumidor. Es cómo tratar de discutir si la Heinz, Clemente Jaques o la Costeña son la mejor catsup que existe en el mercado. A final de cuentas uno va y compra la catsup que le gusta y se siente féliz con eso. El lector consumidor es el único jurado válido para un libro, es la relación más poderosa e importante de la industria editorial. Tratar de convencer a alguien de que el libro que le gusta es malo, no sólo es tonto, también es una muestra de pedantería. Por otro lado, uno tiene la obligación de recomendar un libro que le gusta, sin importar si lo considera canónico, comercial o raro. El único argumento para recomendar un libro es lo mucho que lo disfrutamos. Podemos catalogar los libros como buenos, malos o feos, para el lector consumidor éstas son las únicas etiquetas que importan. La crítica se hizo para los escritores, para los teóricos, para los editores. El lector consumidor siempre guardará para sí aquellos libros que pueda catalogar como buenos, malos o feos.

Hoy leí un libro malo y me gustó mucho.

15/4/09

Una fiesta interminable...

Esto viene de Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce

"Hubo una época, pobre de mí, en que creí que la literatura arrastraría gente, como el rock, y que los jóvenes que entonces empezábamos a publicar en revistas marginales o a dar recitales donde sólo acudían nuestros amigos tendríamos status similar a los rockeros... Es bastante tonto (..)

(...) Nos conoceríamos todos... como se conocen entre sí los músicos de rock... y daríamos recitales a los que acudiría mucha gente. Los editoresserían amigos nuestros o sería alguno de nosotros. Más o menos como Ferlinghetti y el City Lights Books. El ejemplo. La verdad es que ni siquiera sabíamos acentuar como es debido, por no mencionar la prosa que algunos perpetraban. Supongo que ni siquiera es trágico o cómico, sólo lamentable, en Alemania no hubiera sucedido(...)"

Roberto Bolaño
y/o A.G. Porta

Habría que anotar:

Hablar de Roberto Bolaño es fingir que no existe Roberto Bolaño.