19/4/05

La pequeña insatisfacción

Ayer hablaba en una sala de chat sobre el "camino" del escritor. Por todos lados veía formulas mágicas para lograr el éxito y demostrarle a todos los compradores de Best Sellers su terrible error. Entonces me puse a pensar que quizá los escritores que vienen son evangelizadores de la cultura, que repartiran panfletos con frases de Joyce o de Rushide para que los infieles se conviertan, obviamente me preguntaron si yo había publicado, y al responder que si la pregunta fue ¿y que se siente?, llevo rato pensando en esto, desde octubre del año pasado, ahí esta Entresuelos, mi primer vástago, pero no llego la panacea como pensé que lo haría. Por panacea no me refiero a los miles de pesos para que yo hablarar en público o las multiples ofertas de las editoriales por que les diera manuscritos, más bien me refiero a sentirme satisfecho, féliz, completo. El asunto es que al contrario, publicar me regalo lo que llamo mi pequeña insatisfacción, el hambre que me hizo ponerme de inmediato a escribir algo más, algo distinto y a la vez que nazca del mismo oscuro lugar. Lo más duro es que ahora me comparo, entre lo que Entresuelos dice y lo que yo digo, creo que un libro no puede ser la voz completa de un autor, solamente un trozo de rompecabezas, el primer paso, el picaporte de una puerta de humo. Pues bien, ahora estoy con la novela, y entonces no sabré como responder a esa pregunta tan detestable : ¿Y tu que escribes?, en fin, me quedaré con una parca sonrisa intentando averiguar que lugar ocupo en la cadena alimenticia literaria.

1 comentario:

Jorge Sosa dijo...

La inquietud, el temblor, la comezón, el antojo, la sed (porque ante todo.. hay que tener sed), el volumen que tensa la tela, la llamada en la que cuelgan... bonita hambre la tuya, pues.