No pasa un día sin que recuerde que he robado este cuerpo a un estúpido adolescente enamorado... No pasa un día sin que ese adolescente me busque con mi cuerpo triste. En fin, supongo que ambos estamos a disgusto con el cambio, pero sabemos perfectamente que hemos llevado tan bien nuestros papeles que ya es irreversible. Sin embargo todos los viernes nos tomamos un café y recordamos lo felices que eramos, antes de mi robo descarado.
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