23/11/05

Hombres de Hierro


Hace tiempo me preguntaban porque me gusta tanto el Fútbol Americano. Supongo que es por la dureza del deporte, por la cantidad de oportunidades de forjar destinos y por los hombres que se levantan entre miles de jugadores para ser los mejores. Hoy hablaré de dos guerreros del campo, dos mariscales de campo que sufrieron derrotas memorables y tuvieron habilidades por encima de los demás. Dan Marino fue seleccionado en el año de 1983 por los Miami Dolphins, tuvo habilidades para el fútbol americano y para el baseball, donde era interes de los Kansas City Royals. Fue la selección 27 de aquel Draft de 1983 y su carrera estuvo plagada de importantes números y grandes partidos. Rival acérrimo de los Bills de Buffalo obtuvo casi todos los récords que el deporte tiene, pero nunca logró obtener el máximo logro, ganar un Super Bowl. Fue su derrota contra Joe Montana la que abrió la puerta para que los Delfines dominaran pero nunca más lograran llegar al gran juego. Dan Marino se retiro jugando para los Delfines y dejo a su paso importantes momentos del deporte, aunque siempre estará la espinita de lograr ser campeón.


El otro de estos dos grandes guerreros fue Jhon Elway, seleccionado originalmente por los Baltimore Colts, también en 1983 pero como primera selección, fue considerado la gran opción de aquel año. Al igual que Marino, Elway era buscado por los Yankees de Nueva York, para jugar baseball profesional en lugar de fútbol americano. Elway fue imponente, un rival duro de roer que no temía los golpes y que a pesar de no tener equipo durante muchos años logró jugar tres Super Bowls, los tres los perdió. Parecía que la carrera de Elway estaba terminada, pero logró volver al gran juego dos veces más, esta vez para coleccionar los dos anillos que lo marcaron como campeón. Nombrado el jugador más valioso en uno de los dos, Elway es un ejemplo de que la derrota es un estado mental, y que la esperanza de un hombre y su balón es eterna. Jhon Elway y Dan Marino son dos razones por las cuales amo este deporte, por las cuales cierro los ojos y veo a Marino fulminando a los defensivos de los Jets, o a Elway lanzando para ochenta yardas frente a los Halcones Negros de Atlanta. Es la razón por la que cada domingo prendo la televisión y sudo con el ovoide hasta que el cuarto cuarto decide terminar.

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