22/5/05

Yodo

Novela: Yodo

Autor: Jaime Hernández Luna

Editorial: Ediciones B

Precio aproximado: 100-120 pesos

Jaime Hernández Luna es un escritor citadino, la línea que nos une en este lenguaje de metal y asfalto se presenta como un camino de luz sobre su novela Yodo. Ubicado en el género noir, Hernández Luna demuestra que hay algo en esta ciudad que nos permite acariciarnos cotidianamente con el crimen, dejar de lado el pudor inerte de la justicia y aceptar que la espada de Damocles pende sobre nuestras cabezas a cada paso que damos. En Yodo el personaje principal es una especie distinta, lejos del asesino promedio nos encontramos con un hombre que desconoce la naturaleza misma del crimen, profanar, ajustar, liberar. Si bien descubre en el asesinato una belleza indescriptible, este hombre caracola encuentra la infinitud del amor en las respuestas que se da a sí mismo. Cobijado bajo el cuidado de una madre que se debate entre la línea de lo esotérico y lo mundano, el hombre caracola se convierte en un artista de la destrucción. Lo que en un principio se dibuja como una incapacidad intelectual, la magistral narración de Yodo lo convierte en un hombre por encima del hombre mismo, un hombre comprometido con la sangre que tiene en las manos, que es capaz de equiparar la Carmina Buranna de Off con el sonido de un cuello reventando en una bañera.

Si bien el serial-killer mantiene una inteligencia superior en casi toda novela del género, y la psicopatía que lo conmueve es la temática recurrente en este tipo de narración, Jaime logra darle un ritmo lo suficientemente ágil para no sentirnos inmersos en su mente, a destellos nos presenta sus obsesiones, los pequeños detalles que construyen al lector un entorno perfecto, y donde la novela se desarrolla con magistrales toques de un lenguaje que por momentos recuerda al maestro Edgar Allan Poe. Las comparaciones si bien es cierto son odiosas, pero al leer Yodo no dejamos de sentir el latido de un corazón a la distancia, el ahogo de un asesinado bajo la tierra, la presencia de míticos y extraños animales, el verdadero rescate de una mitología prehispánica que no se presenta como segmento de vida, si no más bien es el reflejo íntimo de un asesino y sus motivos. La novela noir es crimen, es muerte, es sangre, Jaime Hernández Luna cumple con estas obligaciones con creces y permite al lector adentrarse en esta ciudad sin nombre, en un tiempo que parece ya olvidado, lo lleva de la mano a través de centrales de autobús, violaciones, amantes y traiciones; sin duda alguna Yodo es una de las piezas maestras del género en nuestro país, y por mucho una digna representante que no tiene nada que pedirle a ninguna otra obra extranjera.

Hernández Luna captura al lector con su esencia, lejos de repetirse a si mismo en el afán de poner claras sus intenciones, recurre a pequeños destellos de un pasado lejano en el personaje, leyendas y mitos alcanzan a su serial-killer hasta volverlo uno de los personajes más interesantes de la literatura mexicana. Debemos decir que fue un acierto de Ediciones B adquirir los derechos de su obra, ya que simplemente Yodo por si misma alcanza el mote de nuevo lenguaje, una manera distinta de aproximarse a un mundo que, por la misma naturaleza humana, siempre será interesante, el mundo del crimen.

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