4/4/06

Loyalty

La lealtad es una de esas cosas que todos dicen tener. Es hermanita de la honestidad y el honor, pero a veces simplemente se aleja de ellas para posarse en las hermosas alas de la vanidad y la soberbia. Muchos soldados han sido leales y en ese afán cometieron crimenes imperdonables. Yo exigí lealtad siempre, algunos me la exigieron en contadas ocasiones. Pero al final siempre se atraviesa una oportunidad, una lana, una nalga o cualquier libélula fosforecente que hace romper las promesas.

Creo haber sido leal la mayoría de las veces, creo que me han sido leal algunas veces. Conozco gente que discecciona la lealtad para ponerle otro nombre a lo que hacen, unos más simplemente reconocen que la lealtad a si mismo es un permiso para pasarle por encima a quien sea. Las mujeres no suelen ser leales, y no me refiero a fieles o monogamas, simplemente leales. Los hombres adquieren la lealtad como un presagio de futuros inciertos y hacen con ella lo que mejor les parece, pero aún así son más leales que las mujeres. He visto infinidad de amistades femeninas caer por que pasa un traserito, las he visto hacerse mierda con una crueldad que todavía me sorprende. Los hombres solo somos desleales por una razón, el pito.

Me volví leal con el tiempo, acudí a mis amigos cuantas veces pude. Aún en muchas ocasiones pasando por encima de orgullos u otras cuestiones, sin embargo es gracioso saber que muchas de las amistades que perdí fueron por deslealtades que nunca sucedieron, simplemente no había suficiente peso de mi lado de la balanza.

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