16/5/11
Monsieur Pain
En la apertura de Monsieur Pain este Bolaño que lo explica todo nos cuenta que ganó con esta obra dos concursos en España. Después nos interpela el apetito literario diciendo que a pesar de haber ganado tantos otros premios después aquellos los recuerda con un cariño especial, les llama premios búfalos y cualquiera que haya leído algo sobre Roberto Bolaño debe conocer las anécdotas de su supervivencia a base de premios y accesits. Pero lo que Bolaño no dice, supongo que porque no le resulta tan importante o porque resultará muy obvio al pasar de los años, es que Monsieur Pain es, por encima de otras obras con más nombre o más premios, un vistazo clarísimo de lo que serían después Los detectives salvajes y la interminable 2666.
Monsieur Pain es probablemente la obra menos rígida de todo el universo Bolaño. Una novela oscura, húmeda en todo momento, en un París sin importancia, rodeado de personajes esotéricos por ausencia y no por acción, se convierte en la clave más importante para el lector de lo que después traería consigo la narrativa que convertiría al chileno en un paréntesis largo y tendido en la literatura hispana. A pesar de los personajes robustos que construye en novelas como Nocturno de Chile o en Pista de Hielo, los personajes que habitan esta novela son mucho más un trazo de carboncillo que irá tomando forma conforme el lector imagine lo que la novela está tratando de decir y que después se verá aderezado por el formato que Bolaño da al epílogo de la obra.
Quizá lo más interesante en Monsieur Pain son los viajes trasatlánticos que Bolaño da entre la realidad, el sueño, la alucinación o la percepción alcohólica en la que cae su personaje principal. Estos viajes se convertirán en capítulos enteros de 2666 o en diatribas complejas en Los detectives salvajes. Será esta y no otra la clave de la obra bolañista que será estudiada por sus discípulos. Ahí, donde la realidad carece de toda importancia para la narrativa es donde Roberto Bolaño construirá el universo que después nos atrapará y nos dejará pensando en lo triste que resulta su ausencia en estos días tan paupérrimos para la narrativa en español.
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