Si vamos de un punto A hacía un punto B, siempre existe la posibilidad de terminar en C. Sin embargo, dado el parecido que C guarda con A, existe también la posibilidad de vivir en el engaño creyendo que no hemos ido a ninguna parte. Cuándo esto sucede, nos empeñamos en convencernos de que A no es A, si no que es B y que el movimiento que hemos ejecutado ha resultado a la perfección. No es, sino hasta que X aparece, que nos damos cuenta que A, B y C no sirven para un carajo, que hemos vivido en el engaño y que es momento de empezar de nuevo. ¿Así o más claro?
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