A chingar a su puta madre.

Hay gente que no está satisfecha con ser pendeja, tiene una necesidad descomunal de que lo sepamos. Empezando por la Santa Iglesia Apostólica Romana, léase, los pinches jerarcas católicos. Resulta que en su fabuloso Encuentro de las Familias (¿?) han llegado a sabias conclusiones. La primera es que familia nomás de hombre con mujer y San Seacabó, está bueno, total, a las otras familias la iglesia les vale madre porque están lo suficientemente ocupadas educando y queriendo a sus hijos como pueden y no como los jerarcas quieren. La segunda pendejada, enorme sin duda, es llegar a la conclusión de que las agresiones sexuales son culpas de las pinches viejas exhibicionistas que andan presumiendo la pechuga al público en general, supongo que este valiosísimo argumento servirá para la defensa de los sacerdotes pederastas: "Es culpa de los niños, son demasiado puros e indefensos, nos provocan". Pero para que no se diga que nomás en la Iglesia se cuecen habas, ahora resulta que en el H.H.H. Estado de Guanajuato han llegado a la conclusión de que portarse de manera cívica incluye no darse besos en público ni mandarse a la chingada en voz alta. ¿Pero saben qué es lo peor? Que mañana habrá el mismo número de católicos pendejos en este país y que en Guanajuato seguirán votando por el PAN, porque aceptémoslo, nos encanta la verga, la disfrutamos, nos regodeamos cada vez que nos la dejan ir sin un escupitajo de por medio, somos los felices poseedores de un país que se va lenta e indefectiblemente a la mierda. Felicidades México, eres grande.