Cierras los ojos y comprendes la intermitencia del camino, te vuelves capaz de sustraerte hasta el asfalto y entiendes por fin el viaje. Acercarte a otro cuerpo que rebosa en otra saliva, se acerca y sabes que es distancia, comprendes que el viaje esta concluyendo. No somos nadie para juzgar el camino que nos trajo, jugamos a no recordar la ciudad que dejamos atrás. Hoy somos invencibles, bajo otros techos y otros cielos que comprenden cosas mucho más profundas. Ella te ve y tu entiendes que valió la pena montarse en un camino, aunque empiezas a presentir la despedida inminente. Nunca pidas perdón por querer, nunca te vayas con un ádios de por medio, siempre alejate silbando con calma, como si no pasara nada. El fin del viaje se acerca, las manos en mis bolsillos se encrepan de solo pensar en aquellos montes y la tierra a mi paso, ¿comprendes que hemos concluído?
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