Últimamente he estado encontrando blogs que se asumen literarios. Si bien reconozco que mi favorito por mucho es el de Alberto Chimal, y que el que me saca ronchas es el de Vivian Abenshushan (sí, la de la antipresentación), me sorprende que el movimiento blogger permita llevar la batalla egocéntrica a una serie de frases y ataques directos. Supongo que con todo este asunto de la cybernética lo que más se ha perdido es la clase para decir o insinuar ciertas cosas, el apretar el botón de comments permite a toda persona hacer uso de las palabras como mejor le parezca, y en algunos casos, sin ser reconocido o descubierto por el autor del Blog. Alguna vez llamé niña a cierto escritor, pero lo hice de frente y en un auditorio lleno de ávidos lectores; algunas otras veces he criticado el trabajo de algunos autores de una manera feroz y sin piedad, pero supongo que si alguno de esos autores me preguntará que pienso de lo que hace, respondería de la misma manera. Estos hechos probablemente no me auguren una "brillante" carrera literaria. Pero al menos estoy seguro que no voy a comenzar a poner posts sobre lo difcil que resulta ser escritor, lo pendeja que es la gente en este país, y lo poco que se vende mi libro. Reconozco el derecho de toda persona a tener una pose, pero al final me parece una manera ridícula de justificar lo que escribimos más allá de nuestras propias letras; sigo creyendo que ningún escritor debería dar explicaciones sobre su trabajo, y que quien lo hace busca el apoyo más allá del lector.
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